Como polizones a bordo de un majestuoso barco, los niños intentan mezclarse y encontrar la siguiente pista. Rhonda, Milligan y la Sra. Perumal abordan un dirigible para alcanzarlos. El Sr. Benedict y el Número Dos no ocultan su desconfianza a Cortina, a pesar de sus intentos por calmarlos. Después de observar el comportamiento inquietantemente alegre de sus devotos, se dan cuenta de que Cortina está utilizando técnicas neurológicas para crear felicidad artificial. De vuelta en el mar, el equipo de waterpolo se cuela sospechosamente hacia el camarote de los niños…