Hacia mediados de la década de los años 70, cinco hombres que eran parte de una iglesia conservadora evangélica y se encontraban luchando contra su homosexualidad, comenzaron un estudio de la Biblia para intentar ayudarse mutuamente a dejar un estilo de vida que consideraban era negativo. Muy pronto, descubrieron que existían muchas otras personas que parecían sentir el mismo grado de culpa que ellos y cuando recibieron poco más de 25 mil cartas de ayuda, decidieron formar una organización cristiana sin fines de lucro, conocida como Exodus International, que tenía como objetivo ofrecer terapias de conversión a través de métodos controvertidos  a base de creencias y rechazos.

En dicho grupo, cientos de personas se vieron forzados a participar en dichos métodos que se enfocaban en generar culpa, sin obtener algún resultado real. En el documental Pray Away, de la cineasta Kristine Stolakis, se muestra el ascenso al poder de dicha organización y su eventual caída, que dejo cientos de daños a las personas que obligaban a rechazar su condición homosexual.