Elizabeth está sorprendida por las acciones recientes de Shin’ichiro; dividida entre su lealtad a Shin’ichiro y su amistad con Mafuyu y Tomo, le pregunta a Shin’ichiro la razón de esto solo para encontrarse con un rápido «¡Cállate y déjame en paz!» prólogo con Elizabeth que está recargando su soma. Mientras tanto, Sasha se sorprende de cómo el padre Yuri lo ha mantenido en la oscuridad sobre el subterfugio de Shin’ichiro; aún así, como señala Ekaterina, Shin’ichiro es demasiado peligroso debido a los poderes insidiosos que tiene que ayudaron a componer el prólogo que tiene de haber incinerado a muchas personas en nombre de los Adeptos con un chasquido de dedos. Furioso por haber ordenado neutralidad cuando la vida de Tomo está en peligro, Sasha reflexiona sobre su prólogo con Olja y sobre tener que cavar a mano para enterrar su cadáver antes de tomar rumbo hacia la guarida de Shin’ichiro.