Kenshin y Saito continúan con su pelea la cual parece decantar a favor de Saito, pero en un momento dado, Kenshin (para terror de Kaoru), retoma su antigua personalidad de Battôsai y voltea la situación a su favor. Cuando están a punto de matarse, Kawaji, jefe de la policía interrumpe la lucha y le dice a Saito que su misión era probar las capacidades de Battôsai para la misión que había sido encomendado. Junto a Kawaji, aparece su jefe: el ministro del Interior, Toshimichi Okubo quien le explica a Kenshin que la razón por la que mandó a Saito a buscarlo fue para que le ayudara a detener a un peligroso hombre llamado Makoto Shishio. Kenshin entonces es forzado a tomar una difícil decisión: regresar una vez más a Kioto, en donde este mortal desafío aguarda por el, lo que significaría un definitivo cambio en su vida y especialmente, en la de Kaoru.