Kenshin y Misao finalmente llegan a Kioto y se dirigen al Aoiya, que es donde habita ella y el grupo de los Oniwabanshu. Kenshin se cubre su cicatriz con un adhesivo para pasar inadvertido y no involucrar a nadie en peligro. Allí conoce a Okina, el abuelo de Misao, quien le reconoce sin importar que tenga su cicatriz cubierta. Dentro de la casa Kenshin le cuenta a Okina sobre la grave situación que Kioto está pasando gracias a Shishio y lo sucedido con Aoshi y sus cuatro sirvientes. También descubre que hay una posibilidad de reparar su espada rota, su fabricante original es Shaku Arai, el artesano de la espada de filo invertido quien hace tiempo falleció y en su lugar se encuentra su hijo, Seiku Arai, y Kenshin se dirige con Okina a visitarlo. Seiku se rehúsa ya que solo se dedica a fabricar utensilios del hogar y no quiere fabricar armas que hagan daño a los demás, Kenshin respeta su decisión y busca otra manera de reparar su espada.